Si nos preguntamos para qué sirve un hermano se nos ocurrirá una lista enorme de beneficios que aporta tener más de un hijo:
-Tener un modelo de comportamiento
-Un modelo para el aprendizaje
-Aprender a esperar, a compartir, a relacionarse,
-Practicar habilidades sociales
-Entrenarse en las habilidades para resolver conflictos
-Experimentar valores como: respeto, empatía, solidaridad…
-Almacenar recuerdos y vivencias divertidos, risas, juegos…
-Desarrollar sentimiento de pertenencia, que te cuiden, cuidar a otros, ayuda mutua
Seguro que también podríamos escribir una lista de inconvenientes :
-Tener que compartir espacio, afecto, pertenencias…..
-Comparaciones
-Celos
-Intromisión…
Para mí tener hermanos es sobre todo una gran OPORTUNIDAD (tal vez porque adoro a la mía). Cada situación que se vive con un hermano es una oportunidad de aprendizaje donde pondremos en marcha muchas habilidades valiosas de vida y además almacenaremos nuestros recuerdos para la relación futura también.
A todos los padres que tengan más de un hijo una palabra que no faltará en sus lista de inconvenientes será seguramente los conflictos. Las peleas y discusiones entre hermanos son uno de los motivos que más pueden desesperar en la crianza. En mi caso vivirlo también como una oportunidad de aprendizaje me ayuda a mantener la calma.
¿Qué nos enseña el conflicto? ¿Cuáles son las habilidades que tenemos que poner en práctica si queremos resolver el conflicto de manera no violenta? Algunas que se me ocurren son:
-Autocontrol
-Autoconocimiento personal de las propias emociones y necesidades
-Autorregulación de las emociones
-Escucha
-Diálogo
-Empatía
-Asertividad
-Pensamiento crítico
-creatividad
-Paciencia
-Espera…
Si tengo estas habilidades en mente, cada vez que mis hijos se pelean (que lo hacen) mi primer objetivo es MODELAR esas habilidades y ser un EJEMPLO para que ellos puedan observar y aprender de la mejor manera posible que hay, es decir, HACIENDO.
El conflicto entre hermanos permite practicar estas habilidades. Si nos tomamos tiempo, si no resolvemos, si acompañamos, si tenemos paciencia, si escuchamos…. entonces estaremos preparando a nuestros peques para que cuando sus cerebros estén listos (el cerebro superior donde se sitúan todas las capacidades citadas anteriormente comienza a formarse a los 6 años aproximadamente y no está maduro hasta los 25 siguiendo en desarrollo toda la vida después) puedan poner en práctica estas habilidades tan valiosas en sus vidas, con sus amigos, con sus parejas, con sus jefes…
Siguiendo con la relación de hermanos,os quiero contar hoy qué hacemos en casa para intentar fomentar una relación de cooperación entre los peques y reducir la rivalidad.
Entre las acciones que fomentan la rivalidad estaría todas las que incluye esta casita:
Me parece clave, la de tratar igual ya que muchas veces pensando que es lo justo tratamos de dar a todos lo mismo, olvidando que igual no es exclusivo y ser exclusivo es lo que todos ansiamos. Por ello no me centro en que sean iguales sino en que entiendan que cada uno es maravilloso por ser quien es.
Ej:-«Le has puesto más albóndigas, quiero igual»
-«parece que tienes más hambre, cuando acabes esas me puedes pedir más». «el tiene albóndiga de 3 años y tú de 2, si quieres más cuando acabes podrás servirte»
Veamos con un ejemplo gráfico cómo sería lo que diría un adulto. Imaginemos que uno de los hermanos tenía un lápiz y el otro se lo ha quitado. Siguiendo con la imagen anterior he rellenado cada ladrillo con la frase que correspondería a esa acción.
En la parte contraria tendríamos todas aquellas actitudes o acciones que fomentan el desarrollo de cooperación y colaboración familiar.
Siguiendo con el ejemplo de antes la casita quedaría así:
Para mí una de las claves es tener presente que todo ser humano tiene como meta, como necesidad, sentirse importante y que pertenece. Como dice Olga Cañizares en su libro «Hazte experto en inteligencia emocional» sentir importas y también que aportas al grupo, a la persona y a la situación. Muchos de los comportamientos que identificamos como conflicto entre hermanos esconden debajo la creencia (recordemos que es algo inconsciente y subjetivo) de que sólo así importan o aportan a la familia.
En nuestro día a día intento que ambos sientan que son importantes y que desarrollen sentimiento de pertenencia. Intento que se vayan a dormir pensando esta es mi familia y yo soy importante en ella.
Siguiendo con el ejemplo del lápiz, rellenamos la casita de la cooperación con frases y quedaría así:
Algunas cosas que hacemos en casa:
-Tener momentos exclusivos con cada uno, turnarnos mamá y papá para que ambos tengan su día, su momento de dedicación. Estos momentos tienen que ser conocidos y respetados por todos, es decir, se programan conjuntamente y no se mueven. ¿Y si el que no le toca el momento con mamá lo reclama? nosotros se lo explicamos, acompañamos la frustración con amor y amabilidad pero nos mantenemos firmes en el respeto al momento.
-Los límites o normas se establecen de manera acordada y general. Se cumplen por parte de todos. Para ello no nos centramos en el corto plazo sino en lo que ese límite enseña de cara al futuro. Si queremos que sean generosos no nos centramos en obligar a compartir sino en desarrollar actitudes que fomenten el valor de la generosidad.
Por eso una frase usamos frases generales como «en esta casa es importante….» «para nuestra familia….» «nosotros esto lo hacemos así….» en lugar de centrarnos en su relación: «los hermanos no se pegan» «el es pequeño y le tienes que tratar bien» «tu eres mayor y lo entiendes»
-Tenemos rituales y canciones que son sólo nuestras, nos las hemos inventado y son señas de identidad familiar 😉 algún día os las cuento. Solemos usarlas en nuestras rutinas y para las transiciones de una actividad a otra.
-Cada uno tiene su espacio, donde puede colocar las pertenencias que no desea compartir. El resto de cosas que están en casa se pueden coger por todos, respetando los turnos.
-Si alguien tiene algo que está usando hay que esperar a que termine. Le pedimos por favor que nos avise cuando ya no lo use. Tener alguna señal para visualizar que hay una pausa con algún juguete pero que aún no ha finalizado el uso también reduce mucho los conflictos. Una idea de la escuelita de los peques es poner unos carteles, de manera que si tienes que dejar un juguete pero aún no has acabado puedes poner un cartel, esto indica que aún no lo puede coger nadie.
-Tener responsabilidades en casa. Tareas encomendadas para cada uno que se puedan rotar o elegir, poner mesa, regar, encender lavadora… etc
-Pedirnos ayuda y agradecer a otros cuando nos la dan. Conceder momentos en los que todos puedan ayudar a otros.
-Evitar comparar y señalar las diferencias que nos hacen únicos.
Por mi parte una de las cosas que me cuesta mucho es mantenerme imparcial en los conflictos. Me sale la vena «justicia» y en ocasiones me precipito en dar las soluciones que yo creo son justas o en juzgar las suyas. Para evitar eso, voy pensando en no hablar,me concentro en respirar, me recuerdo que tengo que esperar. Esto me cuesta sobre todo cuando hay uno que llora. Me suelo acercar, agacharme para estar a su altura y esperar a que me digan… después me limito a poner palabras: tu hermano dice…. y tu hermana dice…. voy repitiendo hasta que ellos proponen. Si no se les ocurre pregunto, ¿cómo lo resolvemos? ¿Qué podemos hacer? y cuando proponen soluciones vemos si lo son para todos, si no buscamos otra… es un proceso largo en ocasiones pero es muy bonito ver cómo cada vez lo hacen de manera más autónoma. Es increíble las habilidades que tienen para dialogar y escucharse.
Si el conflicto ha sido de mucha tensión o ha habido agresión física. Me limito a proteger, separar y esperar a que estén listos para abordar lo sucedido. A veces no de forma inmediata, sino cuando veo que hay disposición de hablar. En estos momentos intento no decir nada o pocas palabras: «veo que has pegado» «aquí usamos palabras»
Cuando hay agresión mi objetivo no es el «perdón» porque si obligo a pedir perdón entiendo que les estoy quitando la responsabilidad propia de asumir sus actos. Piden perdón porque se lo digo yo. Educo en obediencia y no en responsabilidad. Por ello describo el hecho, pongo sentimiento y expreso la necesidad de hacer algo para que se sienta mejor,luego dejo la pelota en su tejado: «¿qué se te ocurre que puedes hacer?» en ocasiones es cantar una canción, darle una crema, echar agua… alguna acción que repare el daño y que sirva para asumir su responsabilidad.
Ejemplo: has arañado a tu hermana, le ha dolido y está llorando. ¿qué puedes hacer para que se sienta mejor?
En ocasiones no quieren colaborar en ese momento. Puede ser porque su cerebro aún está en modo reptil y no consiguen llegar a la parte superior donde está la empatía, la razon… Entonces espero y lo retomo más tarde, cuando estamos todos tranquilos.
Aquí os dejo la rueda de opciones para educar en la cooperación basada en la rueda de opciones de herramientas de disciplina positiva. Espero que os guste y que me mandéis ideas para ir haciendo la rueda más grande.
Un abrazo.