Hola de nuevo. En los últimos días me han llegado muchos mails relacionados con los conflictos en familia y las dudas de los adultos de cómo intervenir para que sea un aprendizaje útil.
Son situaciones cotidianas a las que nos enfrentamos cada día, en cada hogar, en cada parque, en los patios… en definitiva en todos los lugares donde hay convivencia surgen conflictos. Es interesante ofrecer un modelo no violento para dotar a nuestros peques de herramientas que puedan poner en práctica en sus vidas futuras.
Si os pidiera escribir las palabras que os sugiera el término conflicto, os vendrán a la cabeza algunas como: Tensión, nerviosismo, negociación, agresividad, autocontrol, poder, lucha,disputa, discusión, pelea, agresión, insulto, gritos, interés personal… Si pusiéramos una balanza seguramente la parte negativa pesaría más que la positiva. Esto es porque en nuestras experiencias, en nuestra cultura competitiva y en nuestra mochila personal la palabra conflicto implica que haya alguien que «gane» y alguien que «pierda» y evidentemente todas las personas harán lo posible por estar en la parte ganadora.
¿Y si nos educaran en el modelo «ganar-ganar» o «tu ganas, yo gano» ? cómo sería nuestra definición de conflicto? se me ocurren algunas palabras como: aprendizaje, creatividad, empatía, diálogo, pensamiento propio, escucha, comprensión, asertividad, interés común… ¿No ganaría mucho más la sociedad y los individuos en general? Yo estoy segura de que sí. Por ello me esfuerzo día a día en ofrecer a mis hijos oportunidades de desarrollar habilidades para enfocar el conflicto desde esta perspectiva, defender sus derechos teniendo en cuenta a la otra persona, buscar soluciones creativas para que todas las partes puedan satisfacer sus necesidades y llegar a acuerdos sin malestar, sin sentimientos de inferioridad, sin sed de venganza. Y sobre todo dedicar a esta oportunidad el tiempo que merece sin poner el tiempo empleado en gestionarlo como medida de eficacia para evaluar la validez del método empleado.
Desde la disciplina positiva el conflicto es una OPORTUNIDAD DE APRENDIZAJE. Gracias a la existencia de conflictos podemos entrenar a nuestros hijos en la adquisición de herramientas de vida para un futuro.
Podemos definir conflicto como diferencia en la forma de percibir la realidad, en otros post ya he hablado de cómo se interpreta la información que nos llega a nuestro cerebro. Es personal y subjetiva, única en cada ser humano y por tanto no debería ser juzgada por otros sino comprendida y respetada aunque no sea compartida. Si un ser humano se siente juzgado (y creedme tenemos un sensor inconsciente innato para detectar el juicio en el otro) cierra sus puertas a la comunicación y el interés de defenderse prima sobre cualquier otro.

El conflicto forma parte de la vida, de la convivencia y es importante tener herramientas para gestionarlo de manera ASERTIVA, teniendo en cuenta mis derechos y también los de las otras personas implicadas para así buscar soluciones eficientes y no hirientes.
¿Qué habilidades os gustaría tener o creéis que son necesarias para gestionar el conflicto desde el enfoque ganar-ganar
- Equilibrio entre amabilidad y firmeza para saber decir NO sin dañar y sin sentirnos culpables.
- Saber escuchar al otro no para responder sino para comprender.
- Empatizar con lo que siente realmente la otra persona, ponernos en sus zapatos no para convencer sino para entender qué siente realmente.
- Expresar las emociones, reconocer qué me pasa, identificarlo y gestionarlo
- Flexibilidad para permitirme cambiar de idea y que otros lo hagan
- Creatividad para buscar soluciones que satisfagan intereses comunes
- Diálogo, capacidad de comunicar de expresar con palabras y con coherencia no verbal lo que siento, pienso…
- Honestidad conmigo mismo, con mis valores personales y coherencia en mis actos con ellos.
- Pensamiento crítico, buscar argumentos que me hagan tener mi propia opinión de algo.
- Autocontrol personal para parar mis impulsos y resolver sin violencia.
- Autoconocimiento personal .
- Autorregulación de las emociones: frustración, rabia, enfado, decepción, tristeza…
- Paciencia: saber esperar el mejor momento para resolver, poder esperar a la decisión acordada…
- Cooperación
- Compromiso de llevar a cabo el acuerdo y cumplir con la decisión
- Responsabilidad personal
- Pertenencia a un lugar, a un grupo a una familia
- Importancia para esa persona, para ese grupo para mi familia
Y si los niños aprenden fundamentalmente observando e imitando, ¿somos nosotros los adultos un modelo que aparezca en esta lista en los conflictos?
Como vemos, es una lista larga y complicada que nosotros los adultos no tenemos muy entrenada en la mayoría de los casos. De modo que el conflicto con nuestros hijos/as y entre ellos es una magnífica oportunidad para comenzar a ir al «gimnasio» y practicar. Cuanta más práctica más perfección en las habilidades. También hay que recordar eso cuando tenemos a los peques delante y han cometido un error. Estamos aprendiendo y los errores también son aprendizaje, PARA TODAS LAS PARTES.
Ante el conflicto:
1) Frenar: poder echar nuestro freno para no reaccionar,ya lo vimos en el post del enfado también. Esperar a estar calmados y con nuestro cerebro integrado para intervenir y solucionar. No es necesario abordar el conflicto en el momento, se puede posponer: «ahora estoy un poco nerviosa, hablaremos luego y buscaremos una solución para los dos». «prefiero esperar un poquito y hablar cuando esté más tranquila» «prefiero esperar y pensar en lo sucedido, te aviso cuando esté lista para hablar».
Así practicamos varias habilidades: paciencia, espera, autorregulación, empatía… y sobre todo damos un modelo de respeto mutuo, hacia uno mismo y hacia la otra persona. Es importante cuidar el tono y la expresión no verbal pues las mismas frases de arriba se pueden leer de muchas maneras incluyendo alguna que pueda interpretarse como hiriente hacia la otra persona.
La emoción es propia no depende de otras personas. Puede haber un desencadenante pero lo que yo haga con esa emoción es mi responsabilidad.
2) Eliminar nuestros pensamientos distorsionados, de los que ya hablé en el post del enfado porque no ayudan a integrar nuestro cerebro y nos aportan mucha energía que alimenta la rabia. Pensar que toda situación es una percepción y no es la realidad objetiva. Puede ayudar traducir y esforzarnos por encontrar el hecho, respondiendo la pregunta: ¿Qué ha pasado? si la respondemos con hechos objetivos, es decir, que ambas partes coincidan estaremos en el buen camino.
SITUACIÓN |
PENSAMIENTOS ERRÓNEOS (PERCEPCION) |
HECHO OBJETIVO |
Vamos al parque y ha llovido. Hay un charco enorme debajo del tobogán. No llevan puestas las botas de lluvia. Ellos quieren quedarse y yo no quiero que se mojen. | Si les dejo quedarse se van a empapar, me da igual como se pongan nos vamos a casa y punto, no puedo dejar que se mojen porque hace frío, tienen que aprender a obedecer, tienen que saber que si hay agua no pueden jugar, tienen que aprender que el adulto mira por su bien…. |
Hay un charco al final del tobogán y no llevan botas de agua. |
Si os fijáis al leer la segunda columna nuestro cerebro se mete en la espiral y nuestras emociones empiezan a conectar con esos pensamientos creando un camino a la emoción del enfado para crear energía suficiente que nos haga resolver la situación. Sin embargo al leer la tercera columna es más sencillo mantener un pensamiento neutro y a nuestro cerebro integrado con sus capacidades ejecutivas activas para poder resolver mejor el conflicto.
3) Plantear el hecho objetivo y dejar un tiempo para proponer. Mordernos la lengua, confiar en que ellos pueden encontrar la solución y observar, simplemente observar y disfrutar de la magia del proceso:
Hay un charco enorme al final del tobogán y hoy no lleváis botas de agua. Habíamos decidido en casa que los charcos se pisan cuando llevamos botas. Si bajáis el tobogán os vais a mojar¿Qué podemos hacer?
4) Escuchar sin valoraciones, sin juicios, sin prisas todas las opciones que se planteen por todas las partes. Os cuento cómo fue nuestra negociación en el ejemplo que puse anteriormente:
-SOLUCIÓN PEQUE 1: Mojarnos y luego cambiarnos con la ropa de la mochila.
-PEQUE 2: Mejor vamos a subir solo al columpio que no hay charco y aquí no pisamos.
-MAMÁ: tú propones mojarnos y nuestra decisión es pisar los charcos con botas de lluvia, ¿qué hacemos?
-peque 1: voy a pensar…
-MAMÁ: tú has propuesto ir a la parte donde no hay charco y así no mojarnos. ¿Y si os apetece bajar por el tobogán qué hacemos?
-Peque 2: ¡Tengo una idea! podemos trabajar con las palas y los cubos y quitar el agua del charco, así podemos usar el tobogán nosotros y todos los demás niños que no llevan botas…
-Peque 1: siiii, me parece una idea, yo te ayudo.
-MAMÁ: ¿entonces proponéis quitar el agua sin mojaros?
-Peques: sí, con los cubos y las palas.
Me pareció una gran solución creativa, que sinceramente nunca se me habría ocurrido a mí. Yo hubiera propuesto directamente ir a otro parque… menos mal que eché el freno y esperé…
Trabajamos durante mucho rato, quitando agua con los cubos. Se unieron algunos niños ante las miradas atónitas de las mamás que me veían achicar agua con ellos. Después de un largo rato y de un gran trabajo en equipo el suelo estaba sin charco. Pudieron usar el tobogán y aprendieron un gran abanico de herramientas valiosas, sobre todo se sintieron poderosos viviendo cómo había resultado útil su solución.
En ese rato llegaban muchos padres con sus hijos/as que tras ver el agua debajo del tobogán les obligaban a irse usando argumentos como: «hace frío, mañana volvemos, hoy no podemos quedarnos, cambiamos de parque… «. Los niños se iban entre gritos, empujones y malestar por ambas partes. ¿Qué aprendizaje hay en esas situaciones? podría nombrar muchos pero el que más me preocupa es la falta de entendimiento entre unos y otros y la necesidad de resolver por la fuerza sin haber intentado otras opciones previas.
Muchos me diréis: «pero no siempre hay tiempo…» el tiempo es muy relativo y lo puedes emplear en pelear y desgastar la relación o en enriquecerla e instaurar habilidades de vida a largo plazo aunque no solucione el momento está dotando de herramientas que nos facilitarán en el futuro. Ese día había el mismo tiempo de parque y ellos eligieron pasar más de la mitad limpiando agua en lugar de jugando. Fue su decisión y fuimos consecuentes con ella. ¿Qué pasó cuando fue el momento de irnos? que dijeron que había sido poco tiempo, que querían lanzarse mas rato por el tobogán…y se presentó la siguiente oportunidad de aprendizaje. «hemos decidido limpiar el agua y ha sido un gran trabajo. Ha quedado menos tiempo de tirarse. Ahora es hora de volver, quizá otro día decidáis cambiar la solución, ¿qué os parece?
Y su respuesta fue:
Peque 2:No, me ha parecido buena idea quitar el agua. Había muchos niños que no podían subir y nosotros les hemos ayudado.
Peque 1: yo me pondré las botas de agua siempre.
En una situación cotidiana aprendimos valores como: escucha, empatía, colaboración, utilidad, pertenencia, esfuerzo, responsabilidad…
¿Y si no surgen soluciones válidas? entonces tendremos que ser los adultos los responsables de plantear opciones (que no imponerlas) y tomarnos el tiempo necesario para resolverlo sin violencia…
5) ¿Y cuando el problema es recurrente y cada día nos tenemos que enfrentar a la misma situación? En estos casos en disciplina positiva se usa la resolución conjunta de problemas que trata de buscar soluciones en un momento elegido cuando ambas partes tengan su cerebro integrado, plantear el problema buscando ayuda mutua: «Noto que tenemos un problema con la hora de salir. veo que el momento de ponerte los zapatos te resulta difícil. Necesito encontrar una solución para los dos. ¿Estas dispuesto a ayudarme?»
¿qué piensas tú sobre ello? ¿cómo te sientes? Escuchar su respuesta sin interrumpir. Un truco para ello es intentar ir repitiendo lo que hemos entendido, transformando las frases en hechos: Entonces lo que te pasa es que ………. y sientes…………. «Si he entendido bien…………………….. y te sientes…………………..»
Cuando haya terminado, expresar cómo te sientes tu y qué necesitas: «yo me siento………………… y necesito………………….»
Confirmar que ha entendido tu mensaje tal y como tú sientes: «Has entendido cómo me siento? ¿podrías resumir lo que te he dicho?
Podemos hacer un listado de todas las propuestas y elegir la que nos resulte más eficaz.
Probar unos días y revisar si está funcionando. Si no lo ha hecho, habrá que volver a empezar…
Espero que os haya gustado. Me encanta saber vuestras opiniones, ideas y comentarios y así seguir SUMANDO…
Buena semana
Genial Laura, de gran ayuda 💕
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Gracias Raquel!
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buenisimo
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Gracias!
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