Desde que publiqué una reflexión en Facebook sobre mi posicionamiento ante obligar a compartir en la infancia me han llegado muchos mails y comentarios con dudas y preguntas al respecto.
Hoy comparto más información para que podáis elaborar vuestra propia opinión y algunas ideas para que tengáis herramientas que os ayuden en el día a día.
Nuestro cerebro va madurando a través de la mielinización de las neuronas y de la formación de redes entre las mismas. Lo va haciendo desde su parte inferior (pegada a la nuca) hasta su parte superior (frente). No nacemos con un cableado total, nacemos con una maduración primitiva, el mismo cerebro que tenían nuestros antepasados reptiles donde se grabó año tras año, durante miles de años, millones de años, la información más relevante para la supervivencia. Entre las acciones que dependen de esta parte cerebral están: respirar, el latido cardiaco, los instintos y las respuestas de lucha o la huida. Día a día se van produciendo nuevas conexiones que van haciendo madurar partes más complejas que dan lugar a acciones más desarrolladas, propias de animales mamíferos más próximos a nosotros como los chimpancés, aquí tenemos algo de pensamiento, aprendizaje, capacidad comunicar…. Y si seguimos los pasos de la evolución, llegamos a la especie humana, la maduración cerebral continua hasta los 25 años, pero ya desde los 5-6 podemos ver conexiones formadas en el área superior propia de los humanos, aquí, en la llamada corteza prefrontal, muy desarrollada en humanos, encontramos además de las conexiones anteriores, conexiones que ponen en marcha las capacidades ejecutivas: empatía, flexibilidad, anticipación, conciencia, autorregulación, autocontrol… etc.
Vamos añadiendo escalones sin perder los anteriores. Podemos decir, que construimos una casa empezando por el garaje, pasando por las plantas bajas y llegando a la azotea. Utilizaremos una planta u otra en función del momento y de la maduración de nuestras conexiones.
La maduración es un proceso personal por el que todos pasamos desde nuestro nacimiento hasta la adultez, y sigue en constante cambio durante toda la vida (plasticidad cerebral). En el proceso influye el contexto en el que estemos y crezcamos. Si nuestro contexto es seguro, nos proporciona protección y estimulación, nos deja experimentar y nos genera emociones de bienestar nuestro cableado será fuerte, rápido y llegará sin dificultad a desarrollar la parte superior que nos hará convertirnos en personas equilibradas, sanas, con capacidad para resolver los problemas que nos encontremos, con capacidad para comunicarnos, pensar en el otro y en nosotros mismos, etc. Si en nuestro entorno predominan las situaciones que generan estrés, dolor, miedo… nuestro cableado será más débil, costará más que las respuestas de la parte superior sean propias de humanos y se parecerán más a las de los chimpancés, sobre todo en momentos donde no haya tranquilidad (cuando nos sintamos amenazados)
Ese cerebro primitivo, llamado por la neurociencia cerebro instintivo es el que se está cableando desde que nacemos y durante los primeros 2-3 años aproximadamente y recurriremos a él durante toda la vida en las reacciones impulsivas que tomemos en milésimas de segundo cuando no hay tiempo de pensar. Tiene como funciones principales las respuestas de LUCHA , HUÍDA o PARADA (inmóvil) y además encontramos los instintos:
-SEXUALIDAD Es el responsable de la expresión “perder la cabeza” por alguien pues se encarga de que nos enamoremos locamente y seamos capaces de cualquier cosa en beneficio de la especie 😉;
-JERARQUÍA; respeto natural a los que son considerados superiores dentro del grupo, los más ancianos o los más fuertes, tiene como finalidad la protección pues para la naturaleza la experiencia es un plus a la hora de anticipar riesgos y peligros.
-RESISTENCIA al CAMBIO: también tiene el sentido de protegernos pues en la era primitiva cualquier cambio podría significar la muerte. De hecho los reptiles son incapaces de anticipar cambios en el medio. Si la charca de un cocodrilo se seca debido a la sequía, éste muere y no sale a buscar charcas nuevas…menos mal que la evolución no se quedó ahí y ya los pájaros consiguieron tener un cerebro más evolucionado que les permite moverse y migrar en busca de mejores condiciones. Esta es la razón por la que nuestros peques lleven tan mal los cambios en sus rutinas y hace que cualquier modificación suponga un drama para ellos, pues está grabado en su cerebro que el cambio implica peligros.
-DEFENSA DEL TERRITORIO: Esta es la razón por la que los animales se pelean entre ellos hasta la muerte cuando invaden sus territorios y es la razón por la que humanos nos enfadamos mucho cuando alguien nos copia o invade nuestro “terreno” no solo de espacio sino también en cuanto a lo que consideremos propiedad intelectual (en mi universidad este instinto estaba muy activado entre gran parte de las personas pues defendían con uñas y dientes sus apuntes y no prestaban ni hartos de vino)
¿Cuál es el territorio de los humanos bebés? Sus mamás, sus juguetes, sus casas….
Este momento madurativo de nuestro cerebro corresponde con la época del “mío, mío” “yo, yo” . ¿Cómo defienden los animales su territorio? de manera agresiva, amenazando, persiguiendo…¿Cómo defienden los bebés humanos su territorio? mordiendo, gritando, empujando, pegando…¿os suena?
Esta es la razón principal de por qué no hay que obligar a compartir. Por naturaleza un ser conectado consigo mismo y con su instinto defiende sus pertenencias. Si obligamos a compartir y castigamos comportamientos orientados a la protección de sus propiedades estaremos generando una desconexión entre lo que le dice su instinto y lo que le dice su entorno. Guardará en su memoria que su instinto se equivoca y cuando tenga que recurrir a él, por algún motivo, le costará encontrar el camino.
Imagina que tu hijo es adolescente, tiene 15 años y va al instituto. Alguien le dice que le tiene que dar su estuche, tu hijo no quiere, es suyo y no quiere compartirlo con esa persona que además le está amenazado y generando miedo. ¿Qué herramientas serán útiles en este caso?
1-tener su instinto de protección del territorio activo: esto es mío
2-Tener su cableado de autocontrol activo: corteza superior, pensante para no ser agresivo ni hacer daño
3-Tener capacidad de comunicación y asertividad para poder decir NO con firmeza. Esto sólo será posible si lo ha practicado, si se le ha dejado y si no ha grabado en su cerebro que no tiene herramientas para defender lo suyo.
Por tanto, si queremos que nuestros hijos sean capaces de defender sus propiedades y a ellos mismos en el futuro, tenemos que proporcionar oportunidades para experimentarlo y ser un modelo en el día a día de habilidades humanas para que sus cableados lo puedan copiar.
Algunas ideas:
-Tener en cuenta la edad. Si tiene 2-3 años su cableado inferior predomina, adelántate, anticipa respuestas, soluciones…comprende que es la etapa que toca vivir y acompáñala como lo hiciste con otras, cuando aprendió a caminar no forzaste a que andarse más rápido, tampoco te enfadaste cuando se caía ¿verdad? Ahora piensa que está aprendiendo a caminar en la vida social, dale la mano y muestra cómo es el camino.
-Cuando sea posible, busca opciones para que decida qué pertenencias comparte:” llevamos estos juguetes al parque, ¿hay alguno que prefieres que se quede en casa o que llevemos a parte para no compartir?”
-Diferenciar entre compartir y saber esperar. Saber esperar es una habilidad que requiere práctica y mucho autocontrol, capacidad que se encuentra en el cableado superior (que recordemos empieza a madurar sobre los 5 años y sigue haciéndolo hasta los 25 aproximadamente) por lo que es completamente normal que quieran las cosas en el momento y que se enfaden o frustren si no las tienen. Validar esa emoción hará que se sientan comprendidos; “querías coger ese coche y te has enfadado mucho porque está ocupado”. Validar no es permitir ni ceder. Validar es hacer sentir a la otra persona que es válido con lo que siente, con lo que dice, que le queremos incondicionalmente. Validar no quiere decir consentir, quiere decir poner palabras y estar presente.
-Si va a venir alguien a vuestra casa anticipa y busca opciones para que no sienta amenaza: «va a venir …., ¿hay algún juguete que quieras guardar porque no te apetezca compartirlo?» «¿podemos poner en esta caja los juguetes que puede coger ….»
-Si vas a cas de alguien anticipa: busca maneras sobre cómo va a pedir las cosas. «Vamos a casa de…. allí habrá juguetes que son suyos, si alguno te gusta puedes pedírselo»
-Acompáñale a pedir las cosas: “veo que hay muchos juguetes, ¿quieres que preguntemos de quién son y si podemos usarlos?
-Si alguien coge algo suyo y se enfada, explica a la otra parte que vosotros pedís permiso. Con tranquilidad, sin juicio, dando a conocer cómo hacéis las cosas en vuestra familia: “Se ha enfadado, porque nosotros pedimos permiso para coger las cosas de otros. Le gustaría que se lo pidieras antes de usarlo.” O valida lo que expresa tu hijo/a: “parece que se le ha olvidado pedirlo, hay personas que actúan diferente y eso te enfada”
-Diferenciar pertenencias personales de las familiares o sociales. Dar un lugar en casa (o en el cole) para tener las cosas que no quiera que nadie coja y respétalo siempre. Verbaliza que el resto es común y que para ti es importante el respeto: “este juego es de uso común, podemos cogerlo todos. Aún está ocupado, cuando termine te avisa”
-Dialoga con ellos sobre lo que es ser generoso y sé un modelo de ello: “te doy la mita de mi galleta porque sé que te gusta mucho”
-En mi casa, tenemos la norma consensuada que, si sólo hay 1 cosa que a todos nos guste, se comparte. Por ejemplo, cuando hacemos bizcocho y queda solo un trozo: “hay solo un trocito, ¿Quién quiere? Y cuando se enfadan porque quieren más o no quieren partirlo hago referencia a la norma general, en lugar de decir que hay que compartir, digo: “En esta casa compartimos lo que hay entre todos”
Y tu.¿Cómo gestionas la defensa de lo propio?
Espero haber aportado. Me encantará leer tu opinión o comentario. Si lo consideras interesante comparte, ayúdame a llegar a más personas.
Gracias por tu tiempo. ¡buen domingo!